lunes, mayo 21, 2007

Dia 7

De nuevo madrugon, y de nuevo bus hasta llegar a la estacion de tren, en la cual pasaron trenes de todo tipo y a toda leche antes de que llegara el nuestro. El viaje se probo tranquilo, incluso me dio tiempo a escribir un par de postales y escuchar cierta mitica cancion de los Kiss de manos de la PSP de Sam.

En Kyoto la primera parada fue el templo dorado, que fue otra maravilla imposible de describir con palabras, lugar en el que ademas encontre, por primera, y afortunadamente no ultima vez, CANADA DRY. Despues de un año sin probarlo, aquello sabia a gloria. Sam por su parte compro otra de sus latas raras, esta vez de consistencia gelatinosa a la que todos reaccionamos igual al probar... puaj.
Corre que te corre hicimos parada en Fushimi Inari, que Aless dice que no merece la pena por el tiempo pero he de discernir completamente, este templo merece la pena aunque sea el poco tiempo que estuvimos. Incluso aunque algunos nos perdieramos y creyeramos que el grupo se habia marchado ya, de modo que llegamos 15 minutos antes que el resto, perdiendonos asi la subida del primer pasillo de toriis.... JO.

Al final comimos un poco tarde, okonomiyaki y yakisoba, me hicieron uno especial sin bacalao y la verdad es que no estaba malo, pero llenaba un monton. Marcos se paso la comida diceindo que aquello era un asco y que no le gustaba la col mientras Sam y Salva se ponian como cerdos de las sobras de toodo el mundo. Al final acabamos decojonados los cuatro por que entre las escobas humanas contando chistes y hablando de la guerra quimica que iban a dar por la noche era imposible aguantarse.

Por la tarde, tocaba ir al templo nominado para las 7 nuevas maravillas, Kyomizu. La verdad es que lo merece, tenia hasta cosas interactivas y todo, los tres chorritos de agua de los que tienes que beber, el caminito de piedra a piedra... El problema es que estaba hasta la bola y no pude conseguir la foto que queria, aunque mande a las hordas de frikis a echar japoneses del alcance de mi objetivo la tarea se mostro imposible. Despues del templo, consumismo desbordado como siempre, y ya pensando en que teniamos que comprarle algo a Aless, cuyo cumpleños era al dia siguiente...

La ultima visita de la tarde fue a Pontocho y a Gion, unas zonas preciosas que lamente no ver con mas calma... peor todo se andaria, al dia siguiente, claro. Cuando el bus se fue al hotel, Jasone, Maite, Salva, Jaime y yo... creo que no me dejo a nadie, o que no me he confundido mucho, si asi ha ocurrido, entono el mea culpa. Bueno, nosotros, nos quedamos en la zona de las tiendas, ya con el dinero recaudado y a salvo en mis bolsillos, para comprarle un regalo a Aless. No fue sencillo, ibamos a contrarreoj porque lo estabn cerrando todo ya, pero al final encontramos unas chorraditas hechas con tela de kimono y un abanico artesanal bien bonito. Con todo el atalaje nos metimos en el metro, lugar y tiempo donde Maite decidio hacer la temida pregunta...

"Chicos, a vosotros os han porlado?"

Como toda respuesta, Jaime y yo la miramos bastante extrañados, mientras que Salva y Jasone, con sendas sonrisas de oreja a oreja afirmaron categoricamente que habian sido porlados. Y lo malo, empezo aqui. En toda la hora que tardamos en llegar al hotel no hubo un minuto en el que dejaran de contar sus traumaticas experiencias al ser porlados, pero que nosotros no teniamos que preocuparnos, que si no nos poniamos nerviosos no tenia por que pasar nada. Porque claro, porlarnos, nos iban a porlar.
Por suerte, el tema se diluyo con rapidez en cuanto llegamos al hotel y vimos que nos habia esperado Rita para ir a comer, con lo cual, agarramos a algun rezagadillo y nos fuimos a comer un filetazo de carne, que la gente ya tenia morriña de comida europea, no se muy bien porque (yo estaba disfrutando la comida japonesa en cada ocasion, aunque supongo que la emocion del riesgo que conllevaba que yo comiera tuvo algo que ver XD). Sin embargo, el filete estuvo bien y el sitio cerraba tarde, asi que no me puedo quejar. Ademas, tras la cena, hubo fiesta y vituperio en la habitacion de Jose y Lina, comimos pockys, contamos chistes (Ay, fil meu...) y casi perdemos a Sam y Salva (yo juro y perjuro que no respiraban.). Dormimos mas bien poco, como ya era costumbre, pero aprovechar al maximo ya no era solo ley para mi.

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