viernes, abril 28, 2017


Oh bueno. No me voy a molestar en hablar de los millones de años que llevo sin publicar nada. He estado viviendo en California, he caído, me he levantado como he podido, he sobrevivido (a duras penas) y ya estoy aquí, todo bien, todo normal.

Pero hoy el tema que me ocupa es distinto y no vamos a volver al pasado salvo, quizá, para hacer guías de viaje, que esas cosas si están bien.

Lo que vengo a contar hoy a mi amado e inexistente público es como se juntan los astros para fastidiarme. Y como armas del crimen tenemos un fanfic de temática Narumitsu y el té. Aunque comprendo que alguien que haya jugado durante 3 segundos seguidos a cualquier Ace Attorney puede intuir por donde van los tiros, eso no va a hacer que deje de contar mi particular odisea.
Como alguno ya sabrá, me he autozancadilleado leyendo un fanfic que sabía de antemano en el que a) no pasaba ABSOLUTAMENTE NADA entre Miles y Phoenix (salvo diez toneladas de subtext que nunca afloran a la superficie) y que b) está inacabado, pero no solo está inacabado, sino que las autoras llevan 17 capítulos en 10 años y publican una media de un capítulo cada 3 años. Todo lo que quieres en la vida, junto.

Después de esta debacle personal, en la que infelizmente leí los primeros capítulos medio deseando no engancharme y posteriormente intentando dejar unos días entre capítulo y capítulo para amortiguar la hostia que me iba a dar, acabé en poco menos de dos semanas los 17 capítulos y me quedé con cara de subnormal y por supuesto, traumatizada como siempre que termino de leer algo, (<-la subordinada acaba aquí, gracias) me fuí a Francia a ver a unos amigos y después a un congreso.

Pero como no se ordenar mis pensamientos, volvamos al fic un rato. Ya sabemos que me gusta el té. Sabemos que a Miles le gusta el té (es solo coincidencia, i swear. Me gustaba el té de antes.), sabemos también que los fics tienden a exagerar ligeramente ciertas caracteristicas, sabemos que lo de Miles con el té es el fetiche del fando... me seguís. El caso es que en un pasaje del fic, aparece Phoenix en una cafetería y le compra un té a Miles (ya he comentado lo del subtexto así que me ahorro lo que iba a decir), como no sabe nada de té (Porque si hay algo más recurrente que Miles y el té es Phoenix y su "no-se-nada-tampoco-me-entero-de-nada") le pide consejo a la del bar y esta le ayuda a elegir el té Lapsang Souchong, que además resulta ser el favorito de Miles. Me quedé un poco en blanco después de leerlo, no había oído hablar de ese té en mi vida, lo cual hizo que me sintiera totalmente agredida en mi orgullo de conosueggg(sic) del té. No obstante, grabé el nombre a fuego en mi cerebro y seguí con mi vida.

Seguí con mi vida hasta que llegué a Francia, claro. Porque por alucinante que os parezca, la cultura tetera(sic) de Francia es bastante más elevada de lo que esperaba. También el número de salones de té pijísimos a los que Miles iría. Por supuesto, mis anfitriones acabaron llevandome a Ladurée (buscadlo en internet. Es Miles hecho cafetería) lugar en el que pedí la carta de tés, que tenía más páginas que mi tesis doctoral y observé cuidadosamente la lista de té clásico. Creo que es fácil adivinar que me encontré allí en primera plana y con todas las letras.

Pues por 8 euros la tetera, y por mis narices que me tomé el té favorito de Miles Edgeworth en la cafetería que Miles Edgeworth habría fundado de no ser fiscal (he de decir que los sabores ahumados no me convencen, pero el té no estaba malo)