miércoles, enero 07, 2009

Tantos dias, y tan pocas actualizaciones...

Ya se que no he hablado del exilio, ni he preparado posts alli, pero el pasarme el Fire Emblem: Blazing Sword ha ocupado mi tiempo, junto con un par de pelis retro que tenia en mente ver.

Lo cierto es que el juego ha sido tan epico como esperaba, las fases finales, apoteosicas y mis unidades preferidas no me han defraudado en ningun momento (bueno, quizas en uno muy concreto, pero... solo un poquito.)

Es gracioso como se notan las preferencias de cada jugador al elegir unidades, mi debilidad enfermiza para con los usuarios de magia hizo que Canas, Pent y Lucius fueran los personajes mejor subidos, junto con mi jinete pegaso, maquina de picar carne pensada unicamente para suplir los fallos de mis otras tres unidades favoritas (vease, luchar contra enemigos de alta resistencia, que no defensa, no oseis confundirlas).

Asi, cuando lo termine, migre como alma en pena al anteriormente abandonado Fire Emblem: Sword of Seals, juego del cual Blazing Sword es precuela... y me encuentro que repentinamente entiendo muchas cosas... pero que tambien me da mas pena. Cosas como Hector y Eliwood, el hecho de que mi querido Lucius apenas sea nombrado y que los hijos de Pent ni lo menten... Pero es normal, tengo que entenderlo, ya que este juego nacio primero.

Aun asi, aunque tenga personajes adorados aqui tambien, mis reverencias van para Fire Emblem 7, porque de personajes carismaticos estan llenos los Fire Emblem... pero este mas.

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