Elecciones

Así ha ocurrido, lamentablemente. Ni karma, ni justicia cósmica, ni nada, ADO se ha caído de la carrera después de todos los ninguneos sufridos, del trato despectivo sobre todo por parte de los alumnos. Yo conservaba la esperanza de que les fuera devuelto el golpe, pero, como suele suceder, no ha sido así.
Quizá viva en mi paraíso piruletil particular, pero siempre me han desquiciado los que engrandecen delante de los que creen enemigos débiles (tal vez por eso me caiga bien Raist...). Hubiera sido épico ver sus caras ante el supuestamente claro perdedor venciendo, se les hubiera cerrado la boca y les habría dado una lección de humildad.

Y desde el punto de vista de alguien que ya ha pasado por varias etapas, puedo decir que gran parte de la culpa la tienen los alumnos de primer y segundo ciclo, a esos mismos a los que miramos por encima del hombro por dejarse llevar. Por mi parte, creo que no es un problema de borreguismo, sino de pasotismo. Estoy convencida de que la gran mayoría de los alumnos ni siquiera han votado, que el voto por correo ya es algo de ciencia ficción y más convencida aún de que conozco a más de uno y más de dos que no han votado. Cuándo ya has pasado esa época es cuando te das cuenta de la magnitud del poder del voto del alumnado, ellos son los que deciden con un valor de voto incluso superior al de algunos tipos de profesores, sobre todo, teniendo en cuenta que votan pocos, con lo que su elección se magnifica aún más. Esta curiosa situación provoca que las asociaciones estudiantiles se hagan con el control absoluto y se froten las manos, prácticamente la decisión está en sus manos.
Pero la voluntad estudiantil es voluble y nunca sabes por donde irán...

Y esta vez nos han dejado con dos candidatos uno de los cuales ya nos ha regalado interesantes y variopintos mails y el segundo que no ha concretado ni un solo objetivo en toda la campaña