miércoles, agosto 20, 2008

Tengo... miles de millones de cosas que decir, de impresiones que contar, y de anecdotas, pero nunca pense en hacer un diario de un viaje que en principio no era tal, asi que, dejando a parte los dias que pase en Belgica, quizas deberia empezar por el principio...

Hacia un dia esplendido cuando llegue a Edimburgo. A mi no me lo parecio, estaba nublado, y, aunque se podia ir en sudadera, el viento era frio. No es que no supiera lo que suele ser el clima escoces, ya lo habia padecido el año anterior, pero esas son las tipicas cosas que uno tiende a olvidar.

Asi pues, intente quedar con Dalamar, pero no sabia llegar al centro (ajem), asi que le dije que solo habia que bajar una calle y que podiamos encontrarnos a mitad de camino. El habia llegado el dia anterior, habia tenido una suerte cojonuda que yo jamas soñaria (lo llevaron a la residencia en coche, le regalaron un adaptador de corriente y practicamente le dieron todo en bandeja), a mi nadie me ofrece ayuda nunca. Nos encontramos en el Forbidden Planet. Coincidencia?.

La residencia, aunque lejos, era una maravilla. Y lo sigue siendo, aun estoy aqui. Limpian las habitaciones y cambian las sabanas una vez en semana, la cocina y los baños todos los dias... y que baños.

He viajado de una forma... satisfactoria, aunque podria haber hecho mucho mas, y... ahora me encuentro haciendo un pequeño balance previo a la despedida definitiva. Ha pasado realmente tanto tiempo?. Me ha parecido cosa de un sueño, unas horas, un suspiro.
Pero cuando lo pienso, mas sueño me ha parecido este año. Parece que fue ayer cuando empece en el laboratorio, y ha pasado un curso entero, el tiempo pasa cada vez mas rapido, a veces me da vertigo. Y al laboratorio tendre que volver en poquisimo tiempo. La investigacion en Belgica se me antojaba menos traumatica de recomenzar, pero ya me dijeron el otro dia que añoro demasiado aquello. Yo echo de menos todo mucho, supongo que es facil darse cuenta de eso, aunque solo sea por la cantidad ingente de batallitas que cuento... y repito hasta el aburrimiento.

Os he contado cuando en Japon nos pasabamos las noches en la sexta planta?...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, el poder de la añoranza, la fuerza de la nostalgia...sientes su peso, ahogándote, clanvando sus garras en lo más hondo de tu ser: la añoranza, lleva a la pérdida, la pérdida al miedo...ja ja ja: a cada momento que pasa te conviertes más en mi servidor.

Orion dijo...

No, bajo mi punto de vista echar de menos te lleva a moverte mas, a saber lo que quieres y a recuperar, reencontrar, rememorar.

Añorar es el resultado de haber hecho, haber conseguido, haber visto. Y cuando mas has visto, mas se pierde el miedo a lo que haya de venir. Venid al lado luminoso conmigo, se ve mejor ^^U

Anónimo dijo...

"Bajo mi Punto de vista" JA JA JA JA JA JA JA... ¡Ya te expresas como un Sith!

Orion dijo...

Y yo que pensaba aque eso era una frase corriente y moliente...