jueves, noviembre 13, 2008

De Otoños Verdes

Si, este fin de semana he estado en Belgica, en la boda de Jelle y Tamarah. Como de costumbre se han portado maravillosamente con nosotros tanto ellos como sus padres, y hablo en plural, porque esta vez tambien se han portado fenomenal los padres de el.

Nos recogieron del aeropuerto y nos llevaron directamente a por el chaque de Eclipser, de alli a cenar a casa de los padres de Tamarah, les di los regalos, cenamos un poco, nos nervioseamos y nos fuimos al Bed and Breakfast, que era el sitio mas bonito del mundo, una casita con jardin, en el campo, las habitaciones en vez de numeros tenian simbolos, y estaba decoradas de una forma acogedora y... de cuento, vamos.
Lo que no fue tan bucolico fue tenernos que despertar a las 7 para que el peluquero me hiciera el moño. Eso si, el susodicho quedo muy bien, el peluquero trabajaba en la tele, asi que ya tengo una batallita mas que contar. El desayuno del hotel era tan bonito y tan bien puesto como el resto del establecimiento, asi que no comentare mas, salvo para hacer hincapie en que la situacion de bajar a desayunar vestidos de boda era un tanto bizarra.

La boda se desarrollo sin contratiempos hasta que tuve que darle el anillo a Jelle, el cual habia estado aferrando durante toda la ceremonia junto con el Espiche como si mi vida dependiera de ello, en el que nos dimos cuenta de que nos habian dado los anillos cambiados. Todo el mundo se rio, Maarten y yo nos cambiamos los anillos y asunto arreglado. De hecho, despues incluso me dijeron que habia leido bastante bien el neerlandes.

Pero es que el "despues", dio para mucho. Nos llevaron al hotel donde empezariamos a comer a las 12 de la mañana y no terminariamos hasta las 2... AM.
Todo empezo con unos broodjes, seguido de toda una tarde de bandejas con canapes pasando a nuestro alrededor, tiempo en el cual teniamos que buscar un hueco para pensar algo bonito que escribirles en una puerta que formara parte de la casa que construyan para vivir. Y tambien otra cosa para poner en un libro que le iban a regalar. Para aquel momento cualquier resto de adrenalina que hubiera habido en mi cuerpo estaba completamente desaparecida, dejando esa inactividad caracteristica que aparece despues de... despues de cualquier esfuerzo, ahora que me paro a pensar. En cualquier caso, la conclusion es evidente. Yo ya habia pensado demasiado entre el Espiche y la nota que iba con los regalos como para tener algun atisbo de idea en aquel momento. Para la nota en la puerta relegue en Eclipser, y en el libro, ni yo misma quiero saber lo que puse, casi me alegro de no recordarlo.

Una vez se acabaron los canapes, entre los que se hallaba la fantastica idea consistente en fresas recubiertas de chocolate lanco solidificado, nos sentaron a la mesa a cenar, por si no habiamos tenido suficiente. Tres platos y con repeticiones para el que quisiera, encima. Al final de la cena no pude menos que recordar aquel fantastico comic llamado Asterix Obelix en Belgica.

Pero ahi no acabo la cosa. Pasados breves momentos despues de levantarnos de la mesa, trajeron porciones obscenas de la tarta para cada uno, y a mitad del baile, tabla de quesos.

En efecto, por una vez no estoy exagerando.

EL baile, no estuvo mal, el novio me hizo bailar con el, cosa que acepte gustosa, pero al margen de eso no hubo nada reseñable, salvo que los belgas no coordinan mucho (aunque quizas no sea yo precisamente quien para hablar) y a eso de las 5 de la mañana, y despues de un "vandag is rood" que me emociono, nos fuimos al sobre, Eclipser gateando por haber probado todas las cervezas que tenian en el sitio y yo con la necesidad imperiosa de quitarme los 15 kilos de laca que tenia en el pelo.

Por suerte, nos dejaron dormir hasta la tardia hora de las 10.30, a la cual ambos nos queriamos morir, peor bajamos igualmente a un desayuno buffet con mas cantidades ingentes de comida (Asterix en Belgica...) y una plancha para hacer crepes que no dudamos en probar.

Tras el desayuno decidimos ir a Gante a ver a Rodri, al que tanto Eclipser como yo conociamos (aunque yo por via suya), asi que alla nos dirigimos, pasamos el dia comiendo MAS y revisitando (al menos en cuanto a mi respecta) todo el centro... Todo estaba tal y como lo recordaba, con la excepcion de la catedral, que cobro una nueva belleza al encontrarse un coro cantando en el momento en que entramos. Los que conoceis mi debilidad -10 por los coros pues ya supongo que tendreis la foto de mi labio inferior descolgado bastante clara en vuestras mentes.
Al volver a Vremde, cenamos con Jelle, Tamarah y sus padres material de frituur, que para algo es tipico, y de alli al bed and breakfast de cuento. Nos despedimos de ellos, dormirmos y de alli al aeropuerto.... para que llevara una hora de retraso por culpa de que era el que venia de Ciampino.... Si, en efecto, hubieramos cogido el tren que se comio 200 kilogramos de pajaros de no ser porque quedo un tanto defectuoso... Un bravo a los pilotos, no obstante...

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